diciembre 7, 2016

ÉTICA CONSTRUCTIVA

Por: Dr. Miguel A. Arrieta-Morales El significado implica ubicar al hombre en su relación con los demás. Se carece del significado si las personas se mantienen aisladas unas de otras. La vida propia adquiere significado en la medida que sea útil en relación a otros. En la medida que se actúa constructivamente, los demás tienen razones […]

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diciembre 7, 2016
Por: Dr. Miguel A. Arrieta-Morales

El significado implica ubicar al hombre en su relación con los demás. Se carece del significado si las personas se mantienen aisladas unas de otras. La vida propia adquiere significado en la medida que sea útil en relación a otros. En la medida que se actúa constructivamente, los demás tienen razones válidas para concluir que las acciones tienen sentido. Limitarse el no perjudicar no es suficiente para evaluar la utilidad de las acciones. Las personas tienen el mérito por no hacer daño a los otros, no obstante, si se desea obtener significado en la vida hay un compromiso en actuar constructivamente.

Ahora, ¿cuál es la definición de una Ética Constructiva? ¿En función de quién podemos definir la acción constructiva? Algo constructivo implica actuar con una Ética de Respeto hacia los demás. La aportación a los demás queda en función sobre lo que se construye en los intereses legítimos de otros. Dar por sentado qué cosa es lo correcto, no  justifica imponer las creencias de uno a los demás.  Para hacer una contribución tenemos tres restricciones que deben satisfacerse. Primero, debe recibir ayuda quien la desee.

Por otro lado, decidir por otros lo que uno entiende que es conveniente para los demás es protegerlo de sí mismo, no respetarlo. Alguien puede abogar por los méritos morales o racionales de una alternativa, no obstante, la decisión debe ser de la persona.

La segunda restricción consiste en pedir autorización a la persona que quiere la ayuda. Hay personas que quieren ayuda pero no están dispuestos a recibirla de todo aquel que se le ofrezca, ¡Y con razón! Han tenido experien­cias de salir perjudicados por quienes han pretendido ayudarle. La tercera consideración hace referencia a ayudar para que el otro se ayude. La contri­bución no se define en hacer cosas que el pueda hacer por sí mismo. Partimos de la premisa que todo el mundo es capaz. Una contribución no consiste en dar razón para demostrar superioridad de uno sobre el otro. De esta manera se dificulta el que las personas aprendan a desempeñarse efectivamente en su vida.

Por otro lado, no se debe estar dispuesto en acceder siempre que se pide una contribución. En ocasiones se piden contribuciones que son irrazonables e injustificadas.  No se debe contribuir cuando alguien pide mentir injustificadamente. Es importante aclarar que la contribución no es cuestión de imponer pero, tampoco de acceder a  caprichos de los otros. Hay personas que se visualizan hacienda el bien sin evaluar adecuadamente si lo que los demás le solicitan realmente ayuda; no hay contribución alguna cuando la madre accede a demandas irrazona­bles de sus hijos. Muchas veces no se contribuye realmente sino que se accede a peticiones irrazonables que en nada ayudan a la formación del carácter de las personas. Contri­buir no es cuestión de sacrificarse, vivir abnegado a costa de los intereses de otros. Las personas tienen significado en la medida que aporten de manera útil sin acceder a chantajes de otros.


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