septiembre 2, 2018

Ética Aplicada en la Formación del Carácter

Ética Aplicada en la Formación del Carácter Por: Dr. Miguel A. Arrieta Morales   VIDA PLENA Somos testigos que a través de la humanidad se aprecia la perseverancia del ser humano en la búsqueda de la felicidad, la excelencia y el significado de la vida, al que llamaremos Vida Plena. En el fin de obtener […]

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septiembre 2, 2018

Ética Aplicada en la Formación del Carácter

Por: Dr. Miguel A. Arrieta Morales

 

VIDA PLENA

Somos testigos que a través de la humanidad se aprecia la perseverancia del ser humano en la búsqueda de la felicidad, la excelencia y el significado de la vida, al que llamaremos Vida Plena. En el fin de obtener mejor compresión y ser más eficaz con el entorno, en su relación con la comunidad, y formación propia personal, implica entre otras cosas, revisar conocimientos que permitan dar pasos para adquirir nuevos.  Otro elemento esencial en Vida Plena es la presencia de la pregunta espiritualidad, temas  trascendentales a lo material y de todo aquello que perece. En diferentes culturas, sociedades y pueblos se puede apreciar los análisis sobre cuán bien son los fines a perseguir, de aquí que aflore la disciplina que se conoce como Ética y que contiene una definición del ser humano[1]. Por ejemplo, las virtudes son hábitos de bien, el resultado de las deliberaciones sobre en qué consiste ser lo bueno para los seres humanos. En este ejercicio deliberativo se revisan conocimientos, la relación con los demás, y la definición de sí mismo[2]; consiste en los famosos Diálogos que tanto se mencionan en Filosofía.

Alcanzar Vida Plena para los griegos clásicos implicaba lograr la excelencia como ciudadano en la vida privada y comunitaria, más aún en el tema Polis. Actualizando esta noción al día de hoy, nos referimos al Apoderamiento de Valores de bien; encarnar valores implica desarrollar hábitos buenos. Acciones de bien las que tantas veces se llevan a cabo, que se traducen en hábitos. Entonces, el tema Ético atiende preguntas a través de la deliberación sobre qué consiste el bien para llegar a comprender y encarnar criterios que justifiquen los esfuerzos para desarrollar buenos hábitos. Tener voluntad para encarnar hábitos exige entender su razón de ser, surgen de la compresión de cómo las acciones que se asumen producen bienestar. Exige presencia de razonamiento y libre albedrío, hay una decisión en asumir hacer tales acciones por convencimiento propio. Este ejercicio no puede ser llevado a cabo por coacción, por costumbres, cultura, ni por conductas aprendidas del entorno. Tales hábitos conforman el carácter los cuales pueden ser para bien al igual que ser dañinos para sí mismo y los demás.

Las reflexiones de este escrito se fundamentan por la importancia que reviste encarnar valores en la formación del carácter. Potenciar lo que puede llegar a ser, es resultado de valores encarnados, aquellos que se asumen como segunda piel. Valores los cuales se expresan en las acciones, las cuales ayudan o destruyen. De manera que las acciones reflejan a qué da valor, la opinión de sí mismo y su relación con los demás. El carácter aflora  la valorización sobre los demás, su relación con los demás y la que tiene sobre sí mismo.

Tomar conciencia de fines y propósitos de bien, las virtudes, adquiere un enorme rol protagónico y  significado en los rasgos personales. Todo hábito, de bien o daño, define el carácter, la forma de ser de las personas, por lo que la pregunta consiste en cuáles de ellos conlleva hacia el bien y cuáles son destructivos. Los hábitos proclive -hacia el daño- se les conocen como vicios, los cuales de una manera u otra son perjudiciales para sí mismo y los demás. Precisamente el campo que se llama Ética consiste en el análisis de en qué consiste lo bueno; más aún, por qué perseguir lo bueno, y no dejarlo todo a como las cosas sucedan, a incluso dejar todo, a vivir ajeno de la propia vida, o como decimos, enajenado de sí mismo y del entorno. Dirían los eticistas existencialistas “vivir como cosa, vidas cosificadas”.[3]

La Disciplina Ética persigue dar fundamentos a preguntas sobre en qué consiste el bien en temas como: valores, bien común, económicos[4], desarrollo humano, educación pertinencia, liderazgo y empresarismo, cultura organizacional, el campo de la salud y otros tantos. De una u otra manera está relacionado a un patrimonio común llamado cultura y origen de nuestra civilización occidental. La aplicación de análisis éticos en tan variados escenarios se conoce como Ética Aplicada. Principios éticos que se operacionalizan en el proceso de la toma de decisiones en el campo especifico de estudio. Aplicado al comportamiento de las personas, la adherencia a los valores éticos, el carácter ético fomenta la Vida Plena a la cual hicimos referencia al inicio. La formación del carácter ético surge al encarnar valores morales, lo que a su vez debe reconocer los siguientes principios que lo hacen posible.

PRESUPUESTOS

Tomar Decisiones

Uno de los elementos centrales consiste en la posibilidad de Tomar Decisiones; al menos hay dos alternativas. En la ausencia de opciones carece de sentido hacer análisis, menos aún, deliberar sobre cuál ha de ser la mejor alternativa.[5] Una compresión de mundo que da por sentado estar condicionados por elementos externos, condicionamiento social, o ya sea internos, como las fuerzas inconscientes, niega la factibilidad de alternativas, menos aún escoger. De modo que el campo ético cuestiona la compresión de la imposibilidad en tomar decisiones.[6] Tema medular que se sigue y se amplía más adelante para que los análisis éticos no se conviertan en una quimera o ejercicios fútiles.

Queda establecido que lograr la Vida Plena presupone la búsqueda de la perfección. Tema siempre presente desde el origen de la civilización, aún desde el momento de la concepción y nacimiento. Una de estas filosofías, tan antigua como la misma humanidad, asume el supuesto que la forma de ser de las personas surge y es resultado de rasgos hereditarios. Para estos, el rasgo personal es trasmitido vía genética, y lógicamente invita a estar atentos de las causas que provocan tal o cual personalidad. No son pocos los estudios científicos que apoyan esta idea pre determinada de la personalidad. También estos persiguen la perfección, pero a diferencia de la deliberación sobre qué valores asumir, la metodología es mediante identificación y aplicación de causas para lograr un hombre sin falta. Posición de no pocos estudiosos, que en sus laboratorios para lograr perfección de la persona justifican manipular lo que puede dar origen a defectos de origen. Para obtener el ser humano excelente, éticamente justifican atender causas biológicas ante de nacer, y/o al condicionamiento social para, de alguna manera, manipular las mismas[7].

En los anales de la historia encontramos la eugenesia, que en griego consiste en “el buen nacimiento”,  que se implantó de manera oficial en Esparta, ciudad estado de la Atenas Antigua, en el cual ejerciendo su autoridad y como parte de su responsabilidad, el Consejo de Ancianos, tras examinar los recién nacidos, deciden quienes estaban o no aptos para vivir en sociedad. Uno de los principales objetivos del Consejo era impedir la reproducción y multiplicación de poblaciones de miembros imperfectos, en cuyo caso eliminaban los no cualificados como medida para prevenir que generaciones futuras heredaran lo que ellos consideraban defectos en los rasgos personales. Con el fin de mejorar la raza, mediante clasificación de rasgos genéticos no aptos, se persigue eliminar los neo natos de tales generaciones.

El diccionario nos menciona que eugenesia consiste en:

La disciplina que busca aplicar las leyes biológicas de la herencia para perfeccionar la especie humana. La eugenesia supone una intervención en los rasgos hereditarios para ayudar al nacimiento de personas más sanas y con mayor inteligencia.

Si bien esta definición puede lucir inocua y aún hasta prometedora, el tema levanta importantes preguntas éticamente cuestionables: ¿Qué y cómo se justifica esfuerzo del propósito de tener la persona perfecta?  ¿Acaso las personas se ven obligadas a perseguir tales fines? ¿Cuáles deben ser los límites a tener presente en la intervención y manipulación para construir al hombre perfecto? ¿Qué consiste ser personas perfectas, sanas e inteligentes? ¿Qué autoridad tiene un sector social para decidir en qué consiste ser lo perfecto? ¿Qué derecho le acobija y justifica quiénes son los perfectos, tanto más para decidir la perfección de los demás? Algo completamente diferente de lograr la plenitud y el máximo desarrollo personal ejercitando carácter orientado por virtudes, es pretender manipular e intervenir en lo que se consideran las causas genéticas para alcanzar la raza perfecta.

Formación del Carácter

El segundo principio gira alrededor de la Formación del Carácter. Pero, ¿es posible tal cosa como formación del carácter? La ausencia del marco conceptual del libre albedrío en la conducta humana brinda poco espacio para trabajar en este marco ético. La personalidad como algo fijo sujeto a su estudio se orienta más bien a hacer descripciones,  identificación y clasificación de la persona. De manera que carece de sentido los esfuerzos y el punto de vista de formación mediante decisiones que impriman el carácter.  Al acercase al tema de personalidad desde el punto de vista fijo y sobre el cual se puede predecir y manipular, no hay espacio para el  examen sobre qué hacer por sí mismo. No hay cabida para los ejercicios de formación del carácter a través de asumir valores de bien, más aún que sean de excelencia. Ante lo inevitable de ser lo que uno es, la formación propia del carácter se aprecia como ilusorio y poco realista.

En el tema del carácter descriptivo abundan las teorías sobre categorías y tipos de personalidad, sea por la raza, color de piel, género, región y otros condicionales. Por la relación causal se asume que atender tales condicionales implica cambios en la personalidad. En tal caso, el desarrollo de la personalidad queda sujeto a eventos ajenos a la propia persona. Tal perspectiva del carácter como resultado de eventos que le acontecen, conlleva a que las personas carezcan y no tengan injerencia en lo que es o puede llegar a ser; la vida le es ajena a sí mismo. En esta perspectiva, se ha de esperar intentos de investigadores y estudiosos científicos de la conducta el establecer causas y predecir comportamientos para luego manipular según lo esperado. Si lo que la persona es, es como resultado de los eventos, ya sea internos o externos, no debe sorprendernos la pretensión de algunos investigadores en predecir y controlar conductas  defectuosas.[8]

Intervenir en chips defectuosos para lograr la persona perfecta es visto como algo plausible y hasta recomendable. Ya sea por propósitos sociales, del bien de una mayoría, poder por un grupo privilegiado, o por el gremio de profesionales, se justifica la manipulación y experimentación sobre “sujetos” que por su “condición” de infrahumanos merecen ser atendidos. La ausencia de toma de decisiones y una educación de criterios éticos humanistas, en combinación con una visión científica, lleva a una neutralidad de no cultivar y desarrollar análisis éticos. La ausencia del estudio ético implica en el mejor de los casos,  dar por sentado que adelantos científicos y técnicos necesariamente implican un bien. Queda implícito en el modelo científico una deseabilidad moral y legitimada en las pretensiones de ajuste y control de los “no cualificados”.

A los fines de crear a la persona perfecta, el manto científico da por hecho aplicar herramientas como: la manipulación genética, condicionamiento del ambiente o modificar causas sobre sujetos para tener el ser humano perfecto. Si a esto sumamos las posibilidades que abren las herramientas tecnológicas, que hoy día siguen avanzando a pasos agigantados, en combinación con la visión de en qué consiste el mayor bien  definido por un grupo o una mayoría, se toman decisiones por las  personas supuestamente no hábiles.  Los privilegiados ven como apropiado y legitimo decidir por los demás qué les conviene. El campo  técnico tiende a confundir en qué consiste el bien que se persigue del cómo se persigue. Las promesas que posibilitan la aplicación de avances tecnológicos dentro del modelo de eugenesia se inclina a seguir el camino de intervención y manipulación al hombre por el hombre. El uso de la aplicación tecnológica para asistir al ser humano en sus fines es bien diferente a la aplicación tecnológica en la pretensión de manipular para tener personas alineadas al ideal de perfección.

Estas posturas reclaman el compromiso ético de actuar por el bien del otro, la ausencia de Ética de Respeto descartan tomar en cuenta preferencias de las poblaciones no aptas hasta el punto de  justificar aplicar herramientas tecnológicas para corregir chips de fabricación. Si a ello se suma el poder político, el apoyo de las autoridades, tales medidas proteccionistas sobre estas poblaciones de segunda y hasta tercera categoría son forzadas por el estado. En resumen, las condiciones para la tormenta perfecta para la humanidad se fraguan cuando:

  • Primero, confundir adelantos técnicos y científicos con necesariamente lo bueno y el bienestar del ser humano.
  • Segundo, la pretensión de conocimientos de causas del comportamiento que luego se traducen en manipulación para lograr el ser humano perfecto.
  • Tercero, acceso al poder de las autoridades, del estado y sus representantes, para implementar medidas de cumplimientos hacia la perfección.
  • Cuarto, los que queden afuera de estos esfuerzos de perfección son excluidos.

Desde el punto de vista de los no hábiles y excluidos, tales medidas se aprecian como imposición, abuso y no respeto a sus valores. Para efecto de nuestro “diálogo”, la premisa de que el ser humano esté determinado, digamos por los genes, tampoco es suficiente para concluir desenlaces proteccionistas y exclusión. Al ser un asunto determinista sobre personas, entonces todos estamos determinados, por lo que tampoco justifica el que unos grupos estén en preferencias sobre otros. Si todas las respuestas son resultado de causas cabe preguntar qué puede justificar prevalecer unos sobre otros.  Menos aún, cuando todas las condiciones, categorías, castas y clases son resultados de elementos fortuitos y no por merecidas razones para ser validados, se carece de autoridad moral para que unos grupos excluyan a otros.

Inteligencia

Dejando de lado los problemas que acarrean  una compresión  de causas y efectos, de nuevo en nuestro carril, el tercer principio para la formación de carácter ético hace referencia al tema de Racionalidad;  cálculos inteligentes para lograr metas. La inteligencia puede definirse mediante varias acepciones, pero en este tema nos referimos a la adecuación de medios para definir metas y alcanzarlas. Las personas son capaces de actuar inteligentemente, analizar sobre medios para establecer metas y tener logros. La posibilidad de actuar racionalmente siempre está presente, pero donde se carece de criterios  éticos aplicados en la toma de decisiones, ya por ausencia de formación  o interés en ética, las concluisones  merecen ser repasadas. Ante tal capacidad de pensar sin formación ética, el sentido de racionalidad está sesgado, está parcializado a intereses individuales en ausencia de los fines de los demás.  Si las decisiones no están completas, es difícil llegar a la Vida Plena que mencionamos al inicio.

La ausencia del marco ético conlleva a que no siempre se actúa racionalmente; los medios, ni las metas necesariamente satisfacen criterios de bienestar, de felicidad y plenitud[9].  Hemos establecido que no necesariamente las costumbres, convencionalismos sociales, leyes, y el uso del poder, tampoco las normas, no satisfacen los criterios  éticos. Cierto que hay capacidad de actuar inteligentemente por lo que conlleva evaluar cuán ético son los medios, las acciones y los fines a perseguir. Si en el marco de referencia se carece de conocimientos de la ética, estos no estarán presentes en sus cálculos decisionales. Estos referentes se cultivan, en primer lugar, en la familia, en la escuela, en comunidades como las iglesias e instituciones educativas, y ante ello,  siempre sujeto asumir una actitud crítica.  Importante educarnos  en los temas de ética que ayuden hacer revisión y está en posición de educar a otros.

Se da por sentado que las personas persiguen fines y hacen cálculos; para ello lo que complementa tales cálculos  y enriquecen los análisis consiste en tomar en cuenta los fines de  otros, integrar los fines de los demás en los propios. El análisis a la luz de criterios éticos prevé ser incauto y un tanto sanano. Todo el campo ético, en caso dejarse afuera de la toma de decisiones, hace que tal inteligencia sea a medias.

Todo ser humano persigue fines, por lo que la ética invita a tomar en cuenta los fines del vecino. Tomar en cuenta los mismos en el análisis implica preguntarse si hay razón para ser validados, si se deben respetar y entrar en el cálculo decisional. El punto no consiste en dar recetas de comportamientos correctos. Para que la inteligencia no quede sub utilizada, integre algunos valores presentes del campo de la ética. Algunos de estos sugerimos que sean el respeto, justo, equitativo, honesto, entre otros. También tome en cuenta el tema del servicio a los demás y proveer condiciones para el desarrollo de otros.  Educarse y llevar a cabo estos análisis integrados comporta el carácter ético de la persona. Así se asumen acciones de bien, se desarrollan hábitos de virtud a los cuales hicimos referencia al inicio.[10]

La persona de a pie puede carecer de estudios formales y academia de la filosofía ética; por ejemplo un artículo como este ha de caer pesado y ser poco atractivo, pero no por ello deja de hacer filosofía ética en sus aseveraciones y posturas que asume.  Si escarba un poco en las ideas y sus posturas, encontrará raíces filosóficas éticas de los padres de la civilización. En fin, a cada uno de nosotros siempre nos acompañan los griegos clásicos.

Voluntad

Ejercer Voluntad es uno de los principios a estar en la Ética Aplicada para la Formación del Carácter. Además de la capacidad de evaluar alternativas de manera racional, la selección exige voluntad de ejecutar. Ejecutar alternativas surge de los juicios valorativos sobre las alternativas seleccionadas. La voluntad aflora del convencimiento, resultado de juicios propios sobre los temas tratados. La ausencia de análisis desgata la voluntad en la ejecución. Hacer exhortaciones y grandes discursos grandiosos puede ayudar a que las personas examinen sus posiciones morales pero esto no es suficiente para asumir una posición y tener voluntad para ejecutar sobre ello. Atendemos el tema moral pero no una compresión  moralista. Estar convencido se requiere de mucho más, incluso las peroratas[11] están contraindicadas. Veamos.

La palabra clave en este principio es Apropiación. Hacerse dueño del pronunciamiento, los valores, de fines y propósitos implica que tienen significado, importa para la persona. Porque ven relevancia  se hacen parte de los esfuerzos que se requieren para materializar y concretizar los fines que se persiguen. A mayor ausencia de relevancia menor la voluntad para ejercer.

Pero, ¿cómo lograr tal nivel de relevancia para tener voluntad? Para responder a este tema hemos de recurrir al concepto económico “Costo de Oportunidad”.[12] Nunca hay almuerzo gratis; evaluar si las consecuencias de las alternativas que se rechazan se justifican por las consecuencias de la alternativas que se escoge. Siempre hay consecuencias pero la valorización e importancia de ellas es un ejercicio muy personal. Lo que puede resultar positivo de una consecuencia no se aprecia de la misma forma para el otro, toca a la persona examinar que el sacrificio queda justificado. A la luz de sus valores y conocimientos, evalúa la oportunidad de alcanzar los fines en cuestión, si los esfuerzos y voluntad de trabajar hacia ello se justifican. Cierto que en estos análisis entra la educación, el entorno familiar, la cultura y un sinfín de aspectos. Asumir conciencia sobre ello ayuda a dejar de responder de manera automática y a su vez enriquecer los análisis. La asistencia guiada por otros en el tema de introspección ha de ser sumamente valiosa en el desarrollo de la Voluntad. Finalmente, espero del lector que concurra conmigo en que los sacrificios asumidos queden justificados por los beneficios de la lectura de estas líneas.

[1] En Vida Vertical, publicación 2004, trabajé en la definición  Ser Humano fundamentado en Ética y Decisiones

[2]  Diálogos, “a través de la razón”, “conocer a través de”. Ver Diálogos de Platón

[3] Invitamos al lector a hacer una breve búsqueda con las palabras cosificación y ser. Sorprendente los análisis filosóficos al atender al ser humano como objeto de ciencia de causa u efecto  lo cual minimiza la capacidad en ser persona.

[4] El tema de la economía, en particular la Micro Economía, se fundamenta en temas de oferta y demanda. Esto queda en función de lo que la gente valoriza en que  la educación tiene un gran impacto.

[5] La mejor alternativa sin tan siquiera atender si es ética o no.

[6] Punto que se mencionó en el primer párrafo en torno a la revisión de conocimiento para la humanidad avanzar en sus fines.

[7] Temas medulares como este dan origen a la Ética Aplicada en el Campo de Salud, fundamentan la Bioética.

[8] Este tema está en la palestra científica y es uno de los principales focos de atención del campo de Bio Ética.

[9] El principal tema de atención de filósofos éticos clásicos es la eudaimonía, perseguir la Felicidad

[10] Aunque conocido por muchos, sugerimos que el lector haga referencia a las Virtudes Cardinales para repasar en estas ideas.

[11] Se le conoce también como echar un sermón, cantaletas, dar una lata o cháchara. Discurso o razonamiento, generalmente pesado y sin sustancia.

[12] Para abundar en este principio, sugiero lectura de los Doce Elementos Básicos de Toda Gestión Ética, Manual del libro Ética Una Ruta de Vida.


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